Aunque el 99% de las empresas del mundo tienen una estructura organizativa vertical en forma de pirámide nadie puede asegurar que éste sea el sistema más óptimo de organización empresarial.
Es cierto que es un sistema simple y fácil de implementar:
- Es rápido de implementar y tod@s entienden su funcionamiento y cuáles son las reglas de juego.
- Las responsabilidades quedan bien definidas.
- Las distintas áreas son mono-función y eso permite buscar la excelencia a través de la especialización.
- Aunque siempre suma, en este tipo de estructuras no hacen falta líderes. Si pudiéramos escoger antes priorizaríamos colaboradores obedientes.
- Tampoco es crítico trabajar en equipo.
- Es un sistema que asegura una eficiencia mínima con aquellos profesionales poco motivados.
- Pero también es cierto que tiene sus puntos negativos:
- La peor, reduce la responsabilidad de los colaboradores. Éste es un efecto natural cuando sientes que hay alguien que decide por ti en tu trabajo.
- La segunda peor, reduce la implicación de las personas (¿Conoces a alguien que le motive recibir órdenes?)
- Genera estructura de control, que tiene un alto coste. Más ancha es la pirámide, de más controladores hay que disponer.
- Aumenta la competitividad entre compañer@s (y eso resta en el trabajo en equipo)
- Si la estructura es funcional (departamentos tipo silo, enfocados a una función específica cómo vender, fabricar o comprar) la empresa estará basada en la falsa teoría que los óptimos locales dan cómo resultado un óptimo global.
- El sistema permite trabajar sin líderes (sólo con jefes). Sin liderazgo no tenemos efecto multiplicador en las personas.
- El sistema permite trabajar sin un sistema serio de definición estrategia y de despliegue de objetivos por áreas o equipos.
Vistas las dos listas, ¿te parece que este tipo de estructuras organizativas son beneficiosas para tu empresa? ¿Crees que los puntos positivos compensan los negativos?
Te diré que en mi experiencia personal no he conocido ninguna empresa vertical que realmente funcione y consiga obtener lo mejor de sus profesionales. Y ya puestos a pagar un salario, ¿no crees que es mejor pagar a personas altamente implicadas y que generan mucho más valor? ¿No crees que es bueno que la propia estructura requiera liderazgo? Si no fuera así, podríamos caer en el error de aceptar liderazgos mediocres y con ellos obtener también resultados mediocres.
Creo firmemente que cada vez hay más profesionales y gestores de empresa que comparten mi punto de vista (o yo el suyo). Pero la mayoría de ellos creen que los sistemas alternativos a lo de siempre no funcionan en grandes empresas y corporaciones internacionales.
Cierto es que cuando mayor es la empresa más compleja se vuelve. Y para la complejidad nada como un sistema simple y fácil de aplicar, ¿verdad? Parece lógico ir y escoger de nuevo la pirámide. Pero no te engañes, que sea fácil y rápido de aplicar y comprender por todos no quiere decir que sea el mejor sistema. Eso es así porqué resulta que los puntos negativos se multiplican también con la dimensión y complejidad total de la empresa.
De este modo aún tendremos peor sentimiento de responsabilidad, peor implicación, más indirectos que no aportan valor a pagar, más competitividad, más desalineamiento entre áreas y finalmente peor liderazgo.
Y una foto más que probable de cómo estarás operando con este tipo de estructuras será una organización que busca el cumplimiento de los objetivos de cada área forzando el sistema con exigencia, mal ambiente de trabajo, nulo liderazgo, alta rotación, grandes diferencias salariales, clientes descontentos por trabajar con colaboradores desmotivados, clientes buscando alternativas a tu empresa al no sentirse el centro de la misma, etc.
Hay muchas empresas grandes o muy grandes que ya no son verticales y aún y así son increíblemente más competitivas. Un ejemplo que a mi me gusta especialmente es la compañía china Haier, el fabricante de electrodomésticos más grande del mundo. En 15 años ha pasado de ser casi desconocido al número uno, por delante de empresas mucho más consolidadas en el mercado.
Se habla mucho de innovación, pero a mi entender demasiado centrado a productos, procesos y mercados. Para Haier la innovación es clave, pero también lo son las personas implicadas y los clientes satisfechos. Por ello la compañía innova constantemente en la estructura organizativa y el sistema de gestión de la empresa. Cada 5 o 7 años cambia el sistema, y después de 3 cambios totales ha pasado de pirámide gigante clásica a 70.000 colaboradores distribuidos en 2000 mini compañías que forman un universo plano de interacciones en red.
Hoy dirigir empresas ya no es exigir resultados, apretar y hacer el seguimiento. Hoy es formarte en nuevos sistemas, comprender mejor la naturaleza humana y sus motivadores, es conocer bien a tus equipos y ver nuevos sistemas implementados en organizaciones cómo la tuya. Hoy es mejora en movimiento constante, donde tu actúas cómo un arquitecto de la organización, pero las personas que estan a tu lado son quienes crean la nueva realidad y deciden por si mismas dentro de un entorno que favorece la interacción profesional y su crecimiento creado por ti.
En mi libro ‘Organizaciones ágiles’ (Libros de Cabecera, 2020) encontrarás alternativas a la pirámide organizativa, aunque hoy encontrarás mil referencias en Internet de geniales autores y brillantes empresarios.
Te invito a repensar tu empresa sin jerarquía. ¿Qué es lo peor que podria pasarte? ¿Y lo mejor? 🙂
Artículo de Sergi Mussons, Director de QRM Institute Spain